Los niños y adolescentes mayores de 8 años al inicio de la diabetes tipo 1 tienen una conectividad cerebral más débil más adelante en la vida con respecto a los que eran más jóvenes en el momento del diagnóstico, según han descubierto investigadores de la Escuela de Ciencias de la Salud de la Universidad de Pittsburgh (Pitt), en Pensilvania, Estados Unidos.